Las calles frías de Londres estaban completamente vacías, caminaba con la vista plasmada en las casas abandonadas y los coches en llamas, el clan Kyo, mi clan, se había hecho de nuevo con otro barrio de faes. De repente, y sin darme cuenta, choco con una muchacha que al rozar su piel contra la mía, me transmite frío y la piel del brazo que a rozado su piel, se va volviendo cada vez más azul, ¿qué cojones pasaba? Dirigí mi mirada hacia la chica y observé mejor sus facciones su tez era blanca como la nieve, aun que su piel era suave y lisa, no se apreciaba ninguna imperfección, su pelo era un negro intenso, como la noche, y una mecha blanca se escapaba por la parte delantera de su pelo, sus ojos eran grandes y expresivos, de color azul intenso, me quedé observando su rostro por unos instantes, hasta que mi brazo se tornó de un color más azul haciendo que doliera, y mucho. La chica no decía nada, solo observaba esa escena sin articular palabra.
-¿Qué cojones me has hecho?-dije con una cara de horror y dolor-
-Un castigo-dijo con cara de póquer- tu clan hizo esto ¿no?
-Así es-dije con una sonrisa maliciosa y con orgullo-
-Bien-fue lo único que dijo, seca, sin ningún sentimiento, nada-
Se dirigió hacia el grupo de Kyo's que estaban destrozando edificios y suspiró. De entre sus gruesos labios salió una pequeña ventisca y se dirigió a toda velocidad hacia los Kyo's, levanté mi mano, la única que me quedaba útil, pues la otra se estaba cangrenando, y de mi mano, salió una llamarada de fuego dirigida hacia la chica, esta rápida se giró y congeló mi fuego con un movimiento de brazo, simple y rápido, me quedé helado, mi cuerpo se enfriaba, y el resto de Kyo's estaban helados, azules y con rastro de nieve en su pelo, no se movían, no hacían señal se que estuvieran vivos, nada.
-Tranquilo-dijo la muchacha al ver mi cara de horror- no están muertos, recuerda, los fae nos inmortales-dijo con soberbia en su voz-
-¿Quién eres?-dije con la voz firme y ronca, aun que mi cuerpo iba bajando de temperatura por segundos-
-La pregunta-dijo mientras se acercaba fugazmente a mi- es quien eres tú-ella ya se encontraba a milímetros de mis labios, podía notar el frío en estos y su aliento helado-
-Yo soy Harry Styles-dije en un susurro, pues lo único que quería en estos momentos era besar sus fríos labios-
La muchacha fría se fue acercando lentamente a mi, se tuvo que poner de puntillas, pues yo era una cabeza y media más alto que ella, rodeó mi ahora helada nuca con sus manos de hielo y acarició con su lengua mi labio inferior para luego...
-¡Harry!-dijo una voz completamente reconocible para mi- despiértate, debemos ir a entrenar.
Gemí en respuesta, mi hermana Gemma siempre llegaba en lo mejor del sueño, no podía llegar cuando esa fría muchacha congelaba a nuestra familia.
-Harry...-dijo a modo de regañina. Sabía que su pelo estaba cambiando a rojo fuego, pues siempre cambia según su estado de humor-
-Ya voy-dije en un susurro, notaba mi boca pastelosa y eso sentirlo por las mañanas, me encantaba-
-Te espero en el campo de entrenamiento-dijo algo más serena y dulce, segundos después, escuché como la puerta de mi habitación se abría y cerraba-
Me levanté a duras penas de mi gran cama para dirigirme hacia el enorme baño y darme una ducha, después de mi ducha, me dirigí a mi armario para elegir la ropa de hoy, entreno de pyroteknika, escogí unos vaqueros negros, bastante rotos de las piernas, unas convers negras, una camiseta negra y mi chaqueta de cuero favorita, despeiné un poco más mis rizos y me dirigí hacia el campo. Por el pasillo me encontré con Lana, una pyrokinetika realmente caliente en la cama, la sonreí coquetamente y ella me lanzó un beso al aire, la podía tener las veces que quisiera en mi cama, pues ella a pasado por la cama de todos los chicos del clan.
Llegué al campo, el cual no se encontraba muy lejos de la mansión de los Kyo, estaba vallado, y tenía un par de dianas, muñecos de paja y armas de hierro para usar con el fuego, me dirigí hacia mi hermana, la cual estaba intentando hacer una llamarada con su mano, y lo poco que le salía era un hilito, reí cuando me encontraba a su lado y le hice una pequeña demostración de como se hace, pues ella, aun que es la mayor, soy yo el que controla mejor el fuego.
-Que asco te tengo-dijo de repente mirando como el muñeco de paja ardía por mi llamarada-
-Sabes que no-dije divertido- oye, Gemm-dije de repente, bajando la cabeza nervioso-
-Dime-dijo mi hermana mientras dirigía su verde mirada hacia mi-
-¿Conoces a una fae del frío con una mecha rubia en el pelo?-dije mientras levantaba la cabeza y mirada hacia su cara-
-¿De nuevo el sueño con la chica fría?-dijo mientras sonreía ridículamente-
-¿Cómo sabes que no es la primera vez?-dije abriendo mis ojos a más no poder-
-Lana-dijo en un suspiro- se puede colar en los sueños de la gente, y ella me cuenta todo lo que sueñas-suspiró pesadamente y cerró levemente los ojos- esa muchacha existe Harry, es neutral y poderosa, papá lleva días siguiendo sus movimientos, quiere que pase al clan oscuro de los fríos.
Me quedé callado y asentí con la cabeza como un completo imbécil. Esa chica existía, era neutral y estaría con la oscuridad.
Mi sueño es una completa estupidez, pues el calor y el frío, nunca han sido buenos amigos.
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