____(tn).
-Bienvenida, querida-dijo Des al abrir la puerta del todo- adelante, Abel y David te están esperando.
Me adentré a la fábrica con Kenzi a mis espaldas. La muchacha observaba todo a su al rededor con una pequeña mueca de terror. Des me adelantó con paso firme y me abrió las grandes puertas que estaban a metros de mi. Al abrir las puertas de acero, observé su interior, en éste, habían dos muchachos demasiado altos, me sacaban tres cabezas, eran fuertes, con unos músculos impresionantes. Los dos eran morenos de ojos oscuros, y al final de sus manos una bola de fuego en cada uno tenían. Estaban muy serios, demasiado. Kenzi quedó parada mi lado, observándolos fijamente.
-Dioses-susurró mi amiga- buena suerte, ___(tn).
-Gracias-susurré a la par acompañándolo con una sonrisa-
Encima del pequeño campo de batalla había como unas gradas en las que había mucha gente sentada. Casi todos iban vestidos de negro. Me fijé en la primera fila. Estaba él. Estaba Harry. Observándome con una sonrisa juguetona.
-El duelo será a muerte-comenzó a hablar una mujer sentada en las gradas- si ___(tn) gana, podrá seguir siendo neutral-la mujer rubia hizo una pequeña pausa y me miró fijamente- pero si pierde, tendrá que elegir una bando.
Des y Kenzi se hicieron a un lado y los muchachos se empezaron a acercar sin cambiar su mueca. Di un paso al frente y la lucha comenzó. Comencé por helar el suelo, en una rápida táctica, uno de ellos lo deshizo con fuego. Rápido, corrí y salté sobre uno de ellos congelando así su cabeza. Cayó tendido al suelo blanco como la nieve. El otro muchacho me agarró por detrás y me quemó la tripa y ambos brazos. Caí adolorida al suelo. ''¡Vamos ____(tn)!'', escuché la voz de Kenzi a mis espaldas. Me levanté a duras penas y le di la cara al muchacho. Éste tenía preparado sus manos, cubiertas por llamaradas de fuego, en un rápido movimiento, formé una pared de hielo entre él y yo. Éste con sus manos lo deshizo en un abrir y cerrar de ojos. Se acercaba con una traviesa sonrisa dibujada en la cara. Corrió y me agarró del cuello con tanta fuerza que me hizo caer de espaldas al suelo, éste, se puso sobre mi y comenzó ha apretar mi yugular con una fuerza tremenda, el aire de mis pulmones iba descendiendo, y sentía como de un momento a otro dejaría de respirar oxigeno. Con las pocas fuerzas que me quedaban, levanté mi mano derecha y congelé su cabeza. La presión en mi cuello fue descendiendo, y el cadáver del muchacho cayó sobre mi cuerpo. Tosí varias veces y inhalé todo el oxigeno que mis pulmones tenían capacidad. Aparté su cuerpo a un lado y me levanté a trompicones.
-Dioses-dijo Kenzi corriendo hacia mi- has estado genial-la muchacha me abrazó fuertemente y me dejé caer en sus brazos, estaba agotada-
-Fabuloso-dijo Des a la par que aplaudía con soberbia- no te veía capaz de conseguirlo.
-Pues lo ha conseguido-dijo Kenzi mirando con asco a Des- y a machacado a esos dos.
-Bien-habló de nuevo la mujer sentada en las gradas- sigues siendo neutral, enhorabuena.
Sonreí hacia la mujer. Mi mirada se posó en Harry. Sus labios estaban curvados, formando una divertida sonrisa, me guiñó uno de sus ojos verde intenso y seguidamente se mordió su labio inferior. Rodé los ojos. Era muy atractivo sí, pero bastante idiota. Los brazos de Kenzi me rodearon de nuevo.
-Vayámonos a casa-dijo mi amiga en un pequeño susurro-
Sin responderla, pasé uno de mis brazos por sus hombros, y comenzamos a andar camino a nuestro ''hogar'', si se podía llamar de alguna manera. El camino hacia casa fue largo, pero silencioso, un silencio cómodo, acogedor, un silencio que se necesitaba.
Llegamos a nuestro llamado hogar y nos adentramos en éste cansadas, nos tumbamos en el polvoriento sofá.
-Si vamos a vivir aquí-comenzó a hablar Kenzi- tendremos que limpiar y comprar muebles.
-¿Con qué dinero, Kenzi?-dije con un tono algo borde-
-Con mis ahorros-dijo acompañando la frase con una risita-
-¿El de tus robos?-dije en un suspiro- ese dinero no es nuestro.
-Ahora sí-dijo Kenzi sacando una cartera bastante gruesa del bolsillo trasero de su pantalón, la abrió y empezó a contar- aquí hay por lo menos quinientas libras.
-Kenzi...-suspiré pesadamente- tendremos problemas.
-Nadie sabe que he sido yo la ladrona-dijo guardando de nuevo el dinero dentro de la cartera-soy muy sofisticada robando.
-Está bien...-dije ya cansada de sus insistencias-
-He visto antes como te miraba ese tal Harry-dijo en un cantito- es muy guapo.
Sonreí tontamente. La verdad es que sí, era muy guapo. Pero lo más cerca que podremos estar el uno del otro, será como estuvimos ayer. Somos enemigos naturales, nada cambiará. Nada.
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